DE ASCENSORES. Tus sesenta minutos mejor invertidos
Hacía tiempo que una obra de teatro no me divertía tanto como lo ha hecho “De Ascensores”. En primer lugar, el libro de Patricia Suarez es inteligente, provocativo, evocativo y en manos del director Pato Azor se convierte en una obra disfrutable de la primera a la última escena. Dos historias breves que no quisieras que terminen, por la acertada pintura de sus personajes, los agudos diálogos y el ritmo sostenido que las convierten en desopilantes. La primera, nos introduce al complejo mundo de la relación madre e hijo judíos, quienes se quedan atrapados en el ascensor cuando van a depositar unos ahorros en el desaparecido Banco de Londres. Retrocedemos varias décadas de la mano de una impecable Mirta Mato – una mame de lujo - y de un increíble David Paez, quien con su sombrero y sus gestos de perplejidad mirando de frente a la platea ante las demoledoras frases de su madre, me hizo acordar al “Felipe” de Luis Sandrini. Ambos actores poseen una química que los hace totalmente cr