BREVE RESEÑA CRÍTICA: MIS PALABRAS, con dramaturgia y dirección de MARCELO ALLASINO

 

La puesta es provocadora, interpelante, con la utilización de cámaras y televisores que son los medios a través de los cuales muchas personas se han acostumbrado a ver la realidad. Y de alguna manera, esto permite tomar distancia con el lado más oscuro de la historia.

Hablar hacia afuera y hablar hacia adentro. Lo que decimos y que no siempre concuerda con lo que el cuerpo expresa, y, por otro lado, los monólogos internos en los que se cuela el deseo en su más pura expresión, pero que generalmente encuentra una vía de manifestación a través del arte: bien de forma sublimada y aceptable o bien con toda su crudeza y sin inhibiciones.

Un joven profesor de un taller literario y una de sus alumnas, con una discapacidad van camino hacia un destino trágico que las palabras escritas o dichas, entreteje entre ellos como la maraña de las líneas de los garabatos. Entre el emisor y el receptor ocurren interferencias, malentendidos, teñidos por identificaciones e idealizaciones transferenciales a los que se suma una cuota de poder.

Quienes trabajamos desde el arte como terapia sabemos que los más frágiles (personas con capacidades diferentes, pacientes psiquiátricos, etc) muchas veces tratan de cruzar límites que pueden llevar a un coordinador poco experimentado a quedar atrapado en un mundo gestado imaginariamente del que, de pronto, terminan siendo actores involuntarios.

La dramaturgia de Marcelo Allasino no da concesiones y su dirección permite que tanto Agostina Prato como Nahuel Monasterio – ambos brillantes - construyan sus personajes de manera sólida y sostenida hasta el climax, en un juego de tensión y distensión que como espectadores, nos fascina tanto como la fascinación que se juega entre los personajes. Perturbadora, inteligente, provocativa… “Mis Palabras” no va a dejar indiferente a nadie.

Lic Luis Formaiano

Psicólogo - Arteterapeuta 

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